Ser un emprendedor social en estos tiempos requiere pensar en grande, tener pasión y mucha disciplina para lograr los objetivos trazados. Estos son algunos de los elementos conclusivos del conversatorio, denominado “Conversemos sobre emprendimientos sociales”, que contó con participación de expertos, docentes y estudiantes de la Carrera de Administración de Empresas, de la Unidad Académica Regional La Paz.
Del evento participaron Allison Silva (Ashoka Fellow), que dirige “Bolivia Emprende” y la fundación Emprender Futuro, Mauricio Canedo, representante de Ashoka en Bolivia y que trabaja con el emprendimiento social, y los docentes de la Carrera, Luz Andrea Bustillos y Guillermo Gonzales.
“El emprendimiento social responde a una necesidad en la sociedad y ello requiere tener mucha pasión y corazón”, dijo Allison Silva, quien dirige “Bolivia Emprende” desde el 2003. Desde entonces busca la articulación de sectores que promueven el emprendimiento social, con la facilitación de información sobre eventos, historias de éxito, entre otros. También proporciona programas de formación y entrenamiento, proporciona herramientas tecnológicas y genera red networking para fortalecer la comunidad de emprendedores.
En respuesta a Mauricio Canedo, que preguntó cuál era la diferencia entre un emprendedor social y otro de tipo comercial, la ejecutiva de “Bolivia Emprende” respondió que en su área se busca responder a problemas de la sociedad y al empoderamiento de sectores tradicionalmente relegados.
El conversatorio también formuló que la disciplina y la perseverancia son procesos a largo plazo y que pueden permitir alcanzar los objetivos trazados; en tanto que la motivación es a corto plazo. Se mencionó que otra de las características de un emprendedor social es que no tiene edad ni género y lo que prima en esta área es el propósito de querer hacerlo, pues solo en esta medida se puede ser un “agente de cambio”.